Mandalas, Yoga y Meditación.

¿Porqué y para qué conocer y dibujar Mandalas en la escuela?
Una característica actual de los centros educativos es la constante presencia de alumnos con extraordinarias capacidades de aprendizaje cuyos rendimientos académicos no siempre alcanzan los niveles deseados, debido principal y únicamente a un mal hábito, que algunas instituciones, maestros o padres de familia con poco manejo de límites y motivación positiva, han contribuido a desarrollar, la incapacidad de concentración y atención, es decir, lograr mantenerse enfocados en el momento de la instrucción, de la explicación, de la enseñanza.

En una reflexión personal y a lo largo de varios años de conocer, practicar y evidenciar los resultados positivos del uso de Mandalas y de la práctica de Yoga como disciplinas y herramientas en otras áreas del desarrollo del ser humano, nace la idea de implementar de forma sencilla, fácil y agradable un programa introductorio a nivel escolar. De tal forma que podamos como formadores de seres integrales brindar una llave más de oportunidad de desarrollo a nuestros alumnos dentro del Centro en el que colaboramos.

MANDALAS

Como un programa piloto para comenzar a prepararnos  en esta área llevaremos a cabo la elaboración de un mandala personal tamaño carta durante un mes, los tiempos a destinar serán cortos, al termino de alguna otra actividad, contribuyendo a un ambiente de relajación, en silencia absoluto, instruyendo a los alumnos a tener pensamientos positivos en la mente durante el desarrollo de su mandala, explicando en términos generales los diversos usos que han tenido a lo largo de la historia en distintas culturas, además podremos guiarlos en el uso de los colores de acuerdo a la interpretación de sus emociones, de lo que quisieran que este círculo de energía les recordara cada vez que lo pudieran observar.

“El origen de la palabra Mandala es sánscrito y significa círculo sagrado, aunque también tiene las acepciones de rueda y totalidad. Desde tiempos inmemoriales, la geometría  sagrada ha estado presente en diferentes culturas y religiones y ha dejado su huella tanto en megalitos, catedrales, mezquitas, estupas, pirámides y templos. Estas figuras geométricas transmiten un mensaje simbólico de conocimiento y enseñanza y provocan en quien las contempla un incremento de su capacidad intuitiva, favorecen el estado meditativo y de concentración y son un medio para lograr calma y relajación.
La práctica de colorear mandalas potencia todo lo anteriormente expuesto, pues podría decirse que se les da vida, tanto por medio de la luz de los colores como a través de la intencionalidad y creatividad con las que se realice la iluminación del diseño.

Profundizando en este elemento que históricamente ha sido utilizado en diferentes épocas, civilizaciones, sistemas de creencias y concepciones del mundo y del cosmos tan aparentemente dispares entre sí, debemos preguntarnos si los símbolos llevan implícito un mensaje sensorial o intuitivo que contiene aspectos comunes que actúan en las personas que los perciben.
Los círculos, triángulos, estrellas, espirales, puntos y líneas son constantes que se repiten en los mandalas de diferentes épocas y culturas. Sin duda alguna, la interpretación de estos símbolos está relacionada con el contexto cultural y de conocimiento de la época en la que se da tal producción. Pero también es manifiesto que obedece al registro interno que producen las diferentes formas geométricas en el ojo de la persona que mira.

De este modo, un círculo cerrado lleva a la concentración, una espiral conduce a la interiorización. Un cuadrado libera la tensión o la energía hacia los vértices, una línea lleva a recorrerla de un extremo al otro y un punto fija la atención. El símbolo en el espacio, y como percepción visual, pone de manifiesto el movimiento del ojo al recorrerlo y concomitantemente se puede comprobar que este desplazamiento de la visión va a determinar la movilidad interna de los registros psicológicos.

Con estas breves explicaciones se ha pretendido mostrar que no solamente y en sí mismos los mandalas producen en el espectador determinados registros psicológicos, sino que la importancia radica fundamentalmente en la ínter actuación con el símbolo y el significado con que el observador lo alimente.

YOGA

En la búsqueda continua del autoconocimiento personal es inevitable encontrarnos con herramientas milenarias que nos generan estados de equilibrio energético, espiritual y físico, una de ellas es sin duda el YOGA, al practicarla se genera una sensación de alegría en el cuerpo y nos enseña a valorar el poder de la concentración sin la presión de los juegos competitivos.  El Yoga nos ofrece un momento especial entre el alumno y el maestro, con practicas sencillas, posturas tradicionales e imaginación se pueden explorar  y experimentar nuevas ideas.


El Proyecto VOLARE, del Centro Pedagógico "América", es pionero en la búsqueda de herramientas comprobadas que puedan retroalimentar y favorecer el desarrollo integral de los alumnos, respetando siempre los credos y religiones, que cada familia decida vivir en el seno de su hogar, desde sus primeros años y durante toda su etapa de desarrollo de educación básica ( preescolar, primaria, secundaria), para un profesor escolar es un reto integrar con éxito los conceptos filosóficos del YOGA en la práctica de las posturas y los ejercicios respiratorios.


“Los expertos aseguran que la base física que las posturas de yoga da a los niños, les ayuda a crear estabilidad en cada uno de los otros aspectos de su ser: Enseñar yoga a los niños ha demostrado que las energías descontroladas – y a veces destructivas – pueden afrontarse y utilizarse de una manera creativa. Cuando un niño está en baja forma, el yoga le ayuda a restablecerse.” (Yoga para ti y para tu hijo. Mark Singleton).


“En el Yoga no hay recompensas ni castigos, vencedores ni perdedores, mejores ni peores. La recompensa del yoga procede simplemente de la práctica en sí misma. A los niños les encanta este tipo de enfoque. Cuando descubren que no han de competir ni rendir, empiezan a sentirse libres para expresarse a sí mismos sin temer los enjuiciamientos o las críticas, y esta libertad les ayuda a desarrollar una sensación de confianza y autoestima que perdura en la adultez. El Yoga consiste en escuchar nuestras emociones y en liberarlas. Cuando hagas yoga con tus alumnos o tus hijos, anímalos a expresar aquello que les preocupa o inquieta. Escúchalos con imparcialidad y sin juzgarlos. Los niños han de sentir que pueden decir lo que quieran  sin temer  que los acuses, te enfades con ellos o los critiques. Aunque expresen emociones negativas, necesitan saber que pueden confiar en tu continuo amor, aceptación y apoyo”.


El yoga también nos enseña a mantener una buena postura corporal, cuando alguien esta triste encorva la espalda, del mismo modo cuando no confía en si mismo, si esta enojada aprieta los dientes y puños, al estar contenta y con confianza  mantiene la espalda  y los hombros derechos, el yoga da a los niños una experiencia directa de la relación recíproca entre su postura corporal y el estado de ánimo. Manipulando la postura se puede crear un estado mental positivo y contrarrestar  otro negativo (por esto es tan eficaz para tratar  problemas de depresión y de agresividad).


El yoga ayuda al desarrollo de la plena conciencia, es decir nos enseña a ser conscientes, capaces de vivir plenamente el momento presente sin distraernos. Nos damos cuenta que formamos una unidad con cualquier cosa que hagamos. LOS ALUMNOS MEJORAN SU PODER DE CONCENTRACIÓN, SON MÁS CONSCIENTES DE SÍ MISMOS Y DEL ENTORNO. SE VUELVEN MÁS CENTRADOS Y ATENTOS. Aprovechar la oportunidad que nos ofrece el deseo de los niños por imitarnos permite que al vernos concentrados en la práctica lenta y consciente, con distintas posturas y técnicas respiratorias, evitemos decir “estén atentos “ y su atención se desarrolle por si misma.


¿A partir de que edad? Los expertos sugieren que los niños pueden empezar desde los tres o cuatro años adaptando las posturas según el grado de dificultad al desarrollo motor del niño, una vez que las conoces puedes elegir las más adecuadas.
¿Cuál es el espacio y la frecuencia adecuada? Cualquier lugar seguro, libre de muebles, con elementos que representen paz y belleza (la naturaleza es un gran apoyo), puedes usar música relajante e inspiradora y procura estar en una superficie cómoda.  Primero es importante comenzar con períodos cortos para ir conquistando a los niños, una vez que se logra entusiasmarlos puedes fijar una horario y un tiempo ya que la regularidad es lo que genera los beneficios. Sesiones de cinco a diez minutos son suficientes al principio hasta lograr 45 minutos. Puedes guiarte por los niños, si notas aburrimiento o cansancio es preferible finalizar la sesión y reanudarla en un mejor momento.


Es importante desarrollar una actividad de yoga segura, si existe alguna molestia en el niño revisa bien su postura para prevenir dolor o forzar el cuerpo demasiado, puedes siempre pedir consejo a un experto, es preferible practicar la postura de una manera dinámica, es decir hacerla varias veces en vez de mantenerla durante mucho tiempo.
Siempre termina la sesión con ejercicios que los relajen y terminar tendidos para asimilar los beneficios físicos, emocionales y espirituales del yoga.

MEDITACIÓN

Significa dedicar un poco de tiempo a uno mismo, meditar en silencio para sintonizar con los sentimientos de paz, armonía y bienestar. Todos necesitamos tener más paz y silencio en nuestro interior y sentir que espiritualmente somos lo suficientemente fuertes para afrontar lo que la vida nos depara. La meditación puede ayudarte a crear los escenarios para alcanzar las metas que te hayas propuesto en la vida. Todo cuanto sientas en tu mente, sea positivo o negativo, se manifestará de la manera que lo hayas imaginado o programado. Si sólo ves los aspectos negativos, advertirás que todo lo que haces se tiñe con esa negatividad y que no logras alcanzar lo que deseabas. Si adoptas la actitud, la perseverancia y el deseo de triunfar y lo utilizas en tu estado meditativo visualizando que tus expectativas se cumplen a la perfección, estarás instalando en tu interior la capacidad de manifestar lo mejor que hay en ti.


La meditación no es algo nuevo. Ya hace siglos que la gente la practica en muchas culturas diferentes. Se meditaba en las iglesias, en los templos budistas, los ashrams, las mezquitas, las sinagogas, en los hogares o cuando alguien mantenía una profunda comunicación con la naturaleza. Aunque cada una de las tradiciones importantes tenga una distinta manera de meditar, todo se reduce a saber dirigir la mirada a nuestro interior y sintonizarnos con nuestro ser y con la naturaleza. Puede ayudarnos a conocer mejor a las personas y sus necesidades, a ser más tolerante con los defectos de los demás y más comprensivo con tus propios defectos.


Imaginar es una forma de meditar, la imaginación es creativa, sin ella no podrían escribirse libros, ni pintarse pinturas. Las personas que crean arte o son pioneros en el mundo de la industria, las que escalan montañas, utilizan su imaginación para crear pensamientos, ideas e imágenes y después hacerlos realidad. Meditan a menudo, consciente o inconscientemente, y durante el estado meditativo dan forma a sus imágenes.


Visualizar no es lo mismo que imaginar. La visualización significa dar a los pensamientos y a las imágenes una forma más concreta para poder trabajar activamente con las imágenes. Al meditar de este modo, creamos una escena o imagen en nuestro interior con la que podemos trabajar para beneficiar nuestra vida cotidiana.
La meditación puede alejarnos de algunas partes superficiales de nosotros mismos y conducirnos hacia aquellas áreas que necesitamos alimentar. Una vez en ellas podremos ayudarnos y crecer  de manera distinta en un proceso que se reflejará positivamente en nuestra vida personal.

A través de la meditación podemos contemplar nuestros objetivos. A veces quizá sintamos que no podemos concretar algunos de ellos y que somos incapaces de saber cómo llevarlos a cabo en un contexto positivo. Pero al sentarnos en silencio, al introducirnos en nuestro jardín mental, podremos a menudo definir qué hacer y cómo efectuarlo.

Ya durante los primeros años de nuestra vida sentimos la necesidad de conectar con nuestros recursos interiores, y uno de ellos podría ser la meditación. Si desde los primeros años habituamos a los niños a la disciplina de la meditación, estaremos estableciendo una práctica que les permitirá vivir su existencia confiando en su sabiduría y en si mismos.

(Fuente: El espacio interior, meditaciones para todas las edades, de los 9 a los 99 años". Autor: Maureen Garth).